Conclusiones

AuthorAlejandro Torres Gutiérrez
Pages347-357
CONCLUSIONES
Difícilmente se puede comprender el modelo federal canadiense, sin un
adecuado conocimiento de sus orígenes históricos, y de la previa experiencia
colonial inglesa y francesa.
Canadá se fue separando de Gran Bretaña de modo paulatino, como señala
RUIZ ROBLEDO, a raíz de un continuum de leyes y comportamientos, pues la
Convención de Quebec de 1864, que es donde se decide en buena parte la creación
del Canadá que hoy conocemos, dista mucho de reunir las características de una
auténtica Asamblea Constituyente, del mismo modo que la Ley de la Norteamérica
Británica, de 1867, poco o nada tiene que ver, empezando por su propio nombre, con
la Declaración de Independencia de Estados Unidos, de 4 de julio de 1776.852
La fórmula federal fue elegida en 1867, como un modo de gestión
descentralizada de unos alejados territorios del Imperio británico, a iniciativa de las
propias colonias, con el deseo de racionalizar sus vínculos políticos, económicos y
defensivos, y no paradójicamente como una reacción frente al poder imperial, a
diferencia de lo que ocurriera en Estados Unidos. Es primordialmente el fruto de un
acuerdo de las élites políticas que dirigen el país, y no la consecuencia de un
movimiento revolucionario encaminado a provocar una ruptura con el régimen
político anterior, como sucedió en Estados Unidos, donde se pone el énfasis en el
principio de soberanía popular, y la necesidad de cortar los vínculos con el Reino
Unido, algo que no ocurre en el caso de Canadá.853
No podemos olvidar que el federalismo canadiense, tal y como quedó
definido en 1867, buscaba el acomodo político de los francocanadienses católicos,
en el seno de Canadá, en un contexto en que los líderes anglófonos hubieran
preferido un modelo unitario, mucho más centralizado, y no el federal finalmente
adoptado, pues esta segunda fórmula era la que mejor se adaptaba a las
reivindicaciones francófonas, (que ansiaban una solución que les permitiera
preservar una autonomía con la que proteger su lengua, religión, y, a riesgo de ser
políticamente incorrectos, su conservador modo de vida), siendo también la opción
preferida por parte de las Provincias Marítimas, (pues allí se había desarrollado una
852 RUIZ ROBLEDO, AGUSTÍN, El federalismo canadiense, en: Cuadernos de la Cátedra
Fadrique Furió Ceriol, n. 2, Valencia, 1993, p. 47.
853 GAGNON, ALAIN GUSTAVE, Más allá de la nación unificadora: Alegato en favor del
federalismo multinacional, Instituto Vasco de Administración Pública - Institut d´Estudis
Autonòmics, Oñati, 2009, p. 100.

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