La legislación ulterior al dictamen del Tribunal Supremo: La ley de la claridad, y la ley sobre el ejercicio de los derechos fundamentales y las prerrogativas del pueblo y el Estado de Quebec

AuthorAlejandro Torres Gutiérrez
Pages225-298
CAPÍTULO IV.
LA LEGISLACIÓN ULTERIOR AL DICTAMEN DEL TRIBUNAL
SUPREMO: LA LEY DE LA CLARIDAD, Y LA LEY SOBRE EL
EJERCICIO DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS
PRERROGATIVAS DEL PUEBLO Y EL ESTADO DE QUEBEC.
1. INTRODUCCIÓN.
El Dictamen del Tribunal Supremo dará lugar a sendas interpretaciones
desde las filas federalistas y nacionalistas quebequesas. Los primeros tratarán de
poner hincapié en la necesidad de una pregunta y de una mayoría clara, mientras que
los segundos lo harán sobre la idea de la legitimidad jurídica y política de una
eventual voluntad secesionista. Además, el pronunciamiento del Tribunal Supremo
dejaba muchos aspectos abiertos, que deberían ser abordados ulteriormente desde un
punto de vista político.
A raíz de todo ello, tanto el Parlamento federal como la Asamblea Nacional
de Quebec, se pondrán manos a la obra de proceder a sendos desarrollos legislativos:
1) La Ley de Claridad, por parte del Parlamento federal.
2) La Ley sobre el ejercicio de los derechos fundamentales y las
prerrogativas del pueblo y el Estado de Quebec, por parte de la Asamblea legislativa
quebequesa.
Detrás de ambas normas se encuentran los principios en los que cada una de
las citadas partes concentraron su interés a raíz de la decisión del Tribunal Supremo:
el principio de claridad, y el de legitimidad democrática, respectivamente.728
2. LA LEY DE CLARIDAD.
2.1. GÉNESIS.
En el otoño de 1999 se planteó doctrinalmente la posibilidad de elaborar un
Libro Blanco por parte del Gobierno federal, o bien aprobar una resolución de ambas
Cámaras del Parlamento federal a fin de dar respuesta a la necesidad de desarrollar
las exigencias de claridad derivadas del Dictamen del Tribunal Supremo. La
propuesta tenía un doble atractivo, pues permitiría a Ottawa dar una respuesta rápida,
728 PÉREZ TREMPS, PABLO, El Marco (a)constitucional del debate sobre la secesión de
Quebec, Fundació Carles Pi i Sunyer d'Estudis Autonòmics i Locals, Barcelona, 2004, pp.
35-36.
226 Alejandro Torres Gutiérrez
y además no sería visto desde Quebec como una nueva imposición foránea. Pero
pronto se consideró que ello era insuficiente, pues daría la sensación de una falta de
determinación por parte de las autoridades federales, y que las mismas no quedaban
suficientemente vinculadas, pudiendo ser abandonados los compromisos asumidos
en caso que se suscitara una presión política en contra, ya que, por otra parte, un
Libro Blanco carece de una fuerza vinculante, propiamente dicha, pues se trataría de
una mera declaración política del Gobierno. La otra posibilidad, elaborar una
resolución por parte de ambas Cámaras del Parlamento federal, tenía los mismos
inconvenientes que un libro blanco, (la falta de fuerza vinculante), y alguno más
añadido, como sería el que estaría sometida a un debate parlamentario, que añadiría
un desgaste político semejante al que conllevaría la elaboración de una Ley, pero sin
las ventajas de ésta, pues podría ser vista como un mero gesto de cara a la galería.
Por todos estos motivos políticos y legales, se estimará que la mejor opción era
acudir a un instrumento legal.729
Téngase en cuenta730 que, en el derecho canadiense, (a diferencia de lo que
ocurre en España),731 no existe una legislación general, que regule los
procedimientos de consultas populares mediante referéndums, por lo que dicha
normativa proviene del derecho provincial, cuando estamos ante referéndums
circunscritos a dicho ámbito, que en el caso de Quebec es la Loi sur la consultation
populaire, Ley C-64.1.732
El Proyecto de Ley de Claridad, en inglés: Clarity Act, y en francés: Loi de
clarification, se presentó en primera lectura en la Cámara de los Comunes el 13 de
diciembre de 1999, siendo aprobado por la Cámara el 15 de marzo de 2000 y por el
Senado, en su versión final, el 29 de junio de 2000, el mismo día en que recibe el
asentimiento real. De poco sirvió la pataleta de Bouchard, que no fue suficiente para
impedir su aprobación y promulgación. Por fin Chrétien había sabido reaccionar al
riesgo del desastre casi fatal del referéndum de 1995, sin que se produjesen las
729 MONAHAN, PATRICK J., Doing the Rules, An Assessment of the Federal Clarity Act in
Light of the Quebec Secession Reference, en: C.D. Howe Institute Commentary, n. 135,
Febrero de 2000, pp. 28-29.
730 PÉREZ TREMPS, PABLO, El Marco (a)constitucional del debate sobre la secesión de
Quebec, Fundació Carles Pi i Sunyer d'Estudis Autonòmics i Locals, Barcelona, 2004, pp.
37-38.
731 Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, sobre regulación de las distintas modalidades de
referéndum, (BOE de 23 de enero de 1980).
732 http://legisquebec.gouv.qc.ca/fr/ShowDoc/cs/C-64.1
La vertebración de Quebec en el modelo federal canadiense 227
masivas protestas que algunos medios de comunicación quebequeses hubieran
podido prever.733
Stéphane Dion, calificado como un riguroso intelectual federalista,734 desde
su cartera de Ministro de Asuntos Intergubernamentales, será quien asuma un papel
protagonista en la autoría intelectual y defensa de una Ley que estará llamada a
apaciguar las tensiones secesionistas. Sin embargo, cuando asuma el liderazgo del
Partido Liberal, (cargo que ostentará del 2 de diciembre de 2006 al 10 de diciembre
de 2008), no conseguirá alzarse con el puesto de Primer Ministro, al ser derrotado
por el conservador Stephen Harper, en las elecciones generales de 14 de octubre de
2008,735 convirtiéndose en el primer líder liberal que no era aupado al puesto de
Primer Ministro desde los tiempos de Edward Blake, hacía 121 años.736
La conveniencia de clarificar las reglas de juego, y no dejar pasar demasiado
tiempo desde que el Tribunal Supremo puso encima de la mesa su Dictamen en 1998,
había sido sostenida por MONAHAN un año antes, por entender que era necesario
adoptar una decisión, aprovechando que las aguas bajaban relativamente calmas,
antes que se desatase una nueva campaña con ocasión de un referéndum futuro, que
en aquel momento se barruntaba como una posibilidad demasiado real, a corto o
medio plazo, y que el paso del tiempo ha demostrado ser una preocupación
injustificada, y lo cierto es que las autoridades federales dieron pronto una cumplida
respuesta a una cuestión que entonces se veía como especialmente apremiante
abordar.737
733 BLACK, CONRAD, Rise to Greatness. The History of Canada from the Vikings to the
Present, McClelland & Stewart, Toronto, 2014, pp. 954-955.
734 BLACK, CONRAD, Rise to Greatness. The History of Canada from the Vikings to the
Present, McClelland & Stewart, Toronto, 2014, p. 950.
735 En las que el Partido Conservador de Harper consiguió 5.205.334 votos, el 37,63% de los
votos, y 143 de los 308 escaños de la Cámara de los Comunes, mientras que el Partido Liberal
obtuvo tan sólo 3.629.990 votos, (26,22%), y 77 escaños.
736 BLACK, CONRAD, Rise to Greatness. The History of Canada from the Vikings to the
Present, McClelland & Stewart, Toronto, 2014, p. 995.
737 MONAHAN que tenía una visión netamente positiva del Dictamen del Tribunal Supremo,
consideraba sin embargo que el mismo obligaba a mover ficha al Gobierno federal, en el
sentido de clarificar las reglas de juego, pues entendía que las consecuencias de su inacción
serían altamente arriesgadas, en caso de desatarse una nueva campaña secesionista.
MONAHAN, PATRICK J., What a Single Citizen Can Do, en: Cité libre, vol. XXVI, n. 4,
Octubre-Noviembre de 1998, p. 41. MONAHAN, PATRICK J., The Public Policy Role of
the Supreme Court of Canada in the Secession Reference, en: National Journal of
Constitutional Law, vol. 11, n. 1, noviembre de 1999, Carswell, p. 105.

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